lunes, 27 de abril de 2015

Fuente Ovejuna


Fuente Ovejuna   

Lope de Vega

Consignas para trabajar con los textos propuestos y la informaciòn sugerida a continuaciòn:


1) Investiga acerca del contexto hitòrico en el que surge la obra de Lope de Vega, Tito Livio y el caso de Marìa Soledad Morales. Ten en cuenta la clase de gobierno, la construcciòn de la imagen social del polìtico, la relaciòn entre el poder y la corrupciòn del mismo, el abuso de poder, la impunidad, reacciòn popular, etc.
2) Relaciona los datos con la obra de Fuente Ovejuna, comapàrala con La violaciòn de Lucrecia. Relaciòn intertextual.
3) Compara la construcciòn literaria del personaje que representa el poder polìtico en Fuente ovejuna y la reacciòn popular con los hechos que narra el texto periodìstico.
4) Escribe un texto en el que analices los temas de la obra en relaciòn con la identificaciòn del pùblico frente al hecho representado.

Introducción a Fuente Ovejuna:

Fuente Ovejuna (1619) es una obra de teatro barroco, de Lope de Vega, en la que el pueblo se levanta contra la injusticia y los abusos de poder. Según el crítico literario Menéndez Pelayo, "no hay obra más democrática en todo el teatro castellano".


Argumento:


La obra se basa en un episodio histórico que ocurrió en Fuente Ovejuna, un pueblo cordobés en 1476. Es la época de la reconquista y de la sociedad feudal tardía.
 
Este pueblo es sometido no a la monarquía sino a la Orden de Calatrava.
El Comendador del pueblo, Fernán Gómez de Gúzman, no respeta las leyes y abusa de su poder, traicionando los principios feudales y comportándose como un tirano. No sólo traiciona al puebo, sino también a los Reyes Católicos, cuando decide atacar Ciudad Real. Tras una dura batalla, conquista dicho pueblo para el bando de Juana la Beltraneja.
Mientras tanto, Laurencia, la hija del alcalde, le dice a una amiga que el Comendador, que ya tenía fama de aprovecharse de las mujeres del pueblo, le había propuesto a Laurencia ser amantes, pero ella lo rechazó.
Los Reyes Católicos se enteran de que la Ciudad Real ha sido conquistada por las tropas del Maestre de Calatrava y de Fernán Gómez y deciden enviar sus tropas a Ciudad Real para derrotar a los de Calatrava y retomar la ciudad.
El Comendador se encuentra por casualidad con Laurencia y trata de llevarla a su palacio a la fuerza. En ese momento llega Frondoso, que está enamorado de Laurencia, y la rescata, apuntándole su ballesta al Comendador.
Tras este suceso, el Comendador está furioso por el rechazo de Laurencia y quiere detener a Frondoso por haberlo amenazado con la ballesta. Además, recibe la noticia de que los Reyes Católicos han retomado Ciudad Real.
Frondoso le pide la mano a Laurencia y ella lo acepta, pero en medio de la celebración de la boda, llega el Comendador y detiene a los novios.
El pueblo, ya harto de los robos, atropellos y crueldades del Comendador, decide unirse y tomar la justicia por su mano. Una noche llegan al palacio, invaden su casa y lo matan en nombre de Fuente Ovejuna y de los Reyes Católicos.
En el juicio, cuando el juez les pregunta quién mató al Comendador, todo el pueblo responde: “Fuente Ovejuna, señor”. El puebo pide el perdón real y los Reyes Católicos absuelven el pueblo, porque es imposible determinar la identidad de los culpables concretos, e incorporan la villa a la corona.

Estructura y estilo:
En esta tragicomedia hay dos líneas narrativas paralelas: los abusos del Comendador en el pueblo, y su deseo de conquistar Ciudad Real. En el desenlace, las dos acciones se unen cuando el pueblo gana el juicio y los Reyes Católicos retoman Ciudad Real e incorporan Fuente Ovejuna a su reino.
La obra consta de tres actos. En el primer acto triunfa el bien cuando Frondoso logra rescatar a Laurencia y se enfrenta al Comendador. En el segundo triunfa el mal cuando el Comendador interrumpe 

la boda y lleva a los novios presos. En el tercer acto vuelve a triunfar el bien cuando el pueblo derrota al Comendador y los Reyes los perdonan.
En cuanto al estilo, el lenguaje de los personajes refleja su condición social. Lope de Vega emplea una varidad de métricas, que son en su mayoría de arte menor, como las redondillas y los romances.
Entre las características barrocas de esta obra, destacan la corrupción del Comendador y el desencanto del pueblo, así como la desmesura y violencia exagerada con la que el pueblo asesina al Comendador, poniendo su cabeza en la punta de una lanza.

Temas:

El poder colectivo: El personaje más importante de esta obra es de carácter colectivo. Si el pueblo no se hubiera unido en contra del Comendador, no hubiera podido derrotarlo y recibir el perdón real. La unificación del pueblo refleja la unificación de España bajo los Reyes Católicos.
El abuso del poder y la traición: El Comendador abusa de su poder para aprovecharse de las mujeres de la villa, traicionando a la gente de su pueblo y el ideal del caballero medieval. También traiciona a los Reyes Católicos al tratar de apoderarse de Ciudad Real y al intentar convencer al Maestre de Calatrava a que tome armas contra el Rey.
Defensa de la monarquía: En esta época el viejo sistema feudal se está cediendo paso a una monarquía fuerte. Lope defiende la monarquía y representa a los Reyes Católicos como vigorosos y sabios.
El honor: Las gente sencilla de la villa encarna los valores fundamentales de la vida honrada. Laurencia prefiere conservar su honor al ser amante del Comendador, a pesar de las promesas que le hace. El Comendador se burla de la idea que la gente sencilla pueda tener honor, por lo que la obra pone en evidencia que la nobleza no equivale al honor.
El amor: El amor verdadero de Frondoso y Laurencia contrasta con la lujuría del Comendador que quiere abusar de Laurencia.

Obra


Intertextualidad

Intertexto: El tema del abuso de poder y la rebeliòn popular. Tito Livio cuenta en su obra acerca de la historia de Roma los hechos de la violaciòn de Lucrecia:

Primero y para refrescar la memoria indicaremos que Roma fue fundada por Rómulo y Remo en el año 753 antes de Cristo y que se considera a Rómulo como el primer rey de Roma (753-715 ac). Se considera que han habido siete reyes en Roma antes de proclamarse la Republica y que son después de Rómulo, Numa Pompilio (715-673 ac), Tulo Hostilio (672-641 ac), Anco Marcio (640-617 ac), Tarquinio Prisco (616-578 ac), Servio Tulio (577-535 ac) y Tarquinio el Soberbio (534-509 ac) y después de este la Republica. 

De como se llegó de la Monarquía a la Republica es lo que vamos a contar a continuación. 

Nos cuentan que el último rey Tarquinio II llamado el Soberbio tenia sitiada la ciudad de Ardea en Italia. Sobra decir que el sobrenombre del Soberbio no era gratuito y que sin entrar en detalles ya nos dice del carácter de este buen hombre. 

Estando en el campamento romano Sexto Tarquinio (hijo del Rey) y Lucio Tarquinio Colatino (sobrino también del rey) cruzaron apuestas sobre cual de sus esposas era mas virtuosa. Presentándose en Roma de improviso, encontraron a la esposa del hijo del rey en plena orgía, mientras que la esposa de Colatino, la bella Lucrecia, se encontraba tejiendo en sus aposentos esperando la llegada de su esposo. 

Ganada la apuesta por este último, no pudo evitar que el hijo del rey se sintiera profundamente atraído por la belleza y virtud de Lucrecia y urdiendo un plan digno del maligno se presentó en el domicilio de Lucrecia espada en mano con no muy honestas intenciones. 

Lucrecia negose en redondo a las pretensiones de Sexto Tarquinio, por muy hijo del rey que fuera, por lo que este espada en mano y bajo la amenaza de que si no correspondía a sus pretensiones la mataría; y que luego mataría a un esclavo, y lo colocaría en el lecho junto a Lucrecia y diría que los había encontrado deshonrando el nombre de su esposo y su familia. 

En aquel momento Lucrecia fue violada por Sexto Tarquinio, hijo del rey de Roma. 

Al día siguiente llamó Lucrecia a su esposo, a su padre y a un primo del rey, Lucius Junius Brutus y después de contarles lo ocurrido y antes de que estos se percataran de lo que iba a suceder saco un puñal y se atravesó el pecho suicidándose. 

Lucrecia había dicho: "vosotros vereis cuál es su merecido; por mi parte, aunque me absuelvo de culpa, no me eximo de castigo; en adelante ninguna mujer deshonrada tomará a Lucrecia como ejemplo para seguir con vida". 

Muerta Lucrecia la ira de su familia fue feroz, proclamaron que no cejarían hasta que el último de los Tarquinios fueran exterminados. Bruto prometió: "Juro por esta sangre castísima que la injuria hecha por el hijo del rey recibirá su merecido. Desde hoy Roma ya no tiene rey". 

Y dicho y hecho, los conjurados mataron al hijo del rey y expulsaron a Tarquinio el Soberbio de Roma. Ya sin rey proclamaron la República y eligieron un Senado, nombrando dos cónsules uno el propio Lucio Junio Bruto y otro Lucio Tarquinio Colatino (esposo de Lucrecia). Corría el año 509 antes de Cristo cuando a Lucio Junio Bruto le correspondió el honor de ser el fundador de la República en Roma. 

En esta historia hay algunos hechos curiosos, proclamada la República y nombrados los dos cónsules, Bruto obligó a Colatino a renunciar con la excusa de que era un Tarquinio y por lo tanto no era digno de su cargo, asi fue exiliado también de Roma. Choca el hecho de que Bruto a pesar de que no llevaba el nombre de Tarquinio era primo del rey, pero eso pareció no molestar a nadie en su momento. 

En un intento frustrado de Tarquinio el Soberbio por recuperar el trono, Bruto murió en combate aunque no consiguió hacerse con el poder y la República sobrevivió. Hoy día se considera a Bruto como el fundador de la Republica romana, pero por sus hechos parece que en realidad lo que pretendía era proclamarse rey de Roma, pero la muerte se lo impidió. 

Para los curiosos diremos que Marco Junio Bruto uno de los asesinos de Julio Cesar, era descendiente lejano de nuestro protagonista. 

El tema del suicidio de Lucrecia ha sido ampliamente llevado por numerosos pintores al lienzo, la historia de la violación de Lucrecia y sus consecuencias pesaron en toda la historia de Roma.




Cruel realidad


MARÍA SOLEDAD
LA “SOLEDAD”, DE LOS QUE CLAMAN JUSTICIA
Por Verónica Cardozo
y Daniel Héctor


Mirada Retrospectiva

Historia y desarrollo de las comunidades
(*) Investigador histórico.
  


María Soledad Morales jamás pudo imaginar ser el principio del fin: inmolada en el florecerde la vida, fue la causa del derrumbe de una dinastía cruel y corrupta.
Descansa María Soledad, la sociedad está en deuda con todas las primaveras que no pudiste disfrutar. Y nosotros, debemos seguir bregando para que no ocurra ‘nunca más´.
El 11 de Septiembre de 1990 muchos jovencitos ya imaginaban el imperdible día de la primavera que se avecinaba, con grandes expectativas, tratando de organizar lo que sería el mejor día, mientras que una noticia llegada desde una provincia cercana nos hacía sobresaltar: Matan a una joven en Catamarca, rezaban los titulares de los diarios.
A siete kilómetros de la capital catamarqueña sobre la ruta 38, una adolescente de 17 años y candidata a reina de su colegio yacía sin vida en un descampado, con el cuerpo semienterrado, golpeado y casi desnudo.
omenzaría la odisea de una familia y un pueblo cansado de la corrupción y los ocultamientos de los funcionarios de gobierno.
María Soledad Morales estudiaba en una escuela del departamento Valle Viejo, donde había nacido y era alumna de 5º año en el Colegio del Carmen y San José. La noche del sábado 8 de septiembre había ido a una fiesta en la discoteca Clivus y en la madrugada partió junto a Tula, un joven que, según relatos de compañeros, era su novio.
El lunes 10 a las 9:30 de la mañana unos obreros encontraron el cadáver.
El jefe de la Policía de la Provincia, comisario general Miguel Ángel Ferreyra, confirmó la identidad de la víctima y la pericia médica determinó que la muerte ”ocurrió por una feroz golpiza que recibió y un paro cardíaco posterior”. Había sido salvajemente violada y, se supo más tarde, muerta por una dosis letal de cocaína, le habían arrancado el cuero cabelludo, quemado con cigarrillos, cortado las orejas, vaciado un ojo, roto la quijada a golpes, desfigurado la cara y aplastado el cráneo. Fue reconocida por su padre por una pequeña cicatriz en una de sus muñecas.
El comisario Ferreyra adelantó que el crimen sería esclarecido en las próximas horas, mientras lanzaba a los padres una exhortación moralista: ”Les pido que tengan un mayor control sobre sus hijos. Deben saber quiénes son sus amigos y compañeros. Conocer los lugares a los que concurren y no dejarlos a la deriva. Es fundamental para su seguridad”.
Pasaron las semanas y la investigación se hacía confusa, sin pistas, a pesar de la asistencia de la Brigada de Investigaciones de Catamarca y peritos de la Policía Federal.
Comenzaban los primeros rumores en el pueblo, que algunos implicados en el crimen serían parientes de funcionarios, pronta y sabiamente bautizados como “los hijos del poder”. Los medios de comunicación difundían que en el crimen estaban involucrados los jóvenes Guillermo Luque, Pablo y Diego Jalil y Miguel Ángel Ferreyra, hijo del jefe de Policía provincial, el comisario se encargaba de desmentir estos dichos con mucha garra. El mismo que al hallar el cadáver, había ordenado que lo laven, borrando huellas y señales irrecuperables.
El obispo de Catamarca, monseñor Elmer O. Miani, trató de echar un manto de culpa generalizado y de paso quedar bien “con Dios y el Demonio”, sosteniendo ”este es un problema de la sociedad, no es la responsabilidad de un estamento de ella, estamos en un momento en que debemos pensar, siendo muy prudentes cuando echemos la culpa”.
Diez días después del asesinato de María Soledad, el jefe ya había intentado convencer a la hermana Martha Pelloni, de la conveniencia de persuadir a sus alumnas del impulso de entregarse a convocatorias, reclamos y marchas. ”Parece que desconfiaran de la Justicia y de las autoridades”, dicen que afirmó, sin ruborizarse. ”No me parece prudente (insistió); se presta para los incitadores del caos.”
Quince días después, el gobernador Ramón Saadi le gritaba a ese mismo jefe de Policía: ”No soporto una marcha más”. Veinte días después, el jefe anunciaba su ”renuncia irrevocable”. Más tarde fue acusado de encubrimiento y absuelto en 1991 “por error”.
En el mes de diciembre, el entonces ministro del Interior, Julio Mera Figueroa afirmó que la monja Pelloni ”no está en sus cabales” y la acusó de ”subversiva”, los sordos ruidos de las marchas del silencio habían llegado a la “Rosada”.
El poder del silencio
Como en Fuenteovejuna de Lope de Vega, el drama donde el pueblo se enfrenta con el poder despótico y feudal, no hay ningún héroe individual encabezando el reclamo, sino toda la comunidad como protagonista, y con un dato curioso en ambos casos: las mujeres son las iniciadoras de la resistencia.
La población catamarqueña, a pesar de no tener pruebas, sospechó desde un principio en la falta de voluntad por parte del poder político de aclarar el crimen de la adolescente.
Por ello, cuatro días después del 11 de septiembre, los vecinos catamarqueños se autoconvocaron para realizar lo que se llamarían “marchas del silencio”, marcando así un hecho sin precedentes en la historia de esa ciudad y de la Argentina toda.
Sin connotaciones políticas, alumnos con sus padres, docentes y el pueblo en general comenzaron a recorrer las calles en silencio, elevando una plegaria al pasar por la Catedral, la Basílica de Nuestra Señora del Valle. Dos mil personas pidiendo Justicia.
El 28 de setiembre de 1990 siete mil personas se congregaron en las calles, con una figura relevante: la hermana Martha Pelloni, rectora del Colegio del Carmen y San José adonde asistía Maria Soledad, y una de las más fervientes luchadoras para que se esclarezca el aberrante asesinato (luego trasladada a la Provincia de Corrientes).
Junto a la madre Ada Morales, su padre Elías Morales, sus amigas del alma y, semana tras semana más y más miembros de la comunidad, algunas marchas llegaron a reunir más de 25.000 personas en una ciudad de 80.000 y una provincia de 200.000 habitantes.
La dinastía Saadica
El clan de los Saadi gobernaba la provincia desde los años ‘50. En el año 1983 Ramón Saadi (PJ) fue electo gobernador y en 1987 Vicente L. Saadi, su padre, lo siguió en el “trono” hasta el 10 de Julio de 1988 en que fallece y se convoca a elecciones (un trámite), el 2 de octubre asume correspondientemente… Ramón Saadi.
Cuando María Soledad fue asesinada, hacía más de dos años que don Vicente Leonidas Saadi estaba muerto. En los últimos tiempos recorría el Senado casi en andas, sostenido por su guardaespaldas, amenazando con enterrar a quien lo contradijera. Murió dos días después que Carlos Menem triunfase en las internas del justicialismo. Pero dejó herederos de sangre o que mediante matrimonios, ocupaban entre la provincia y la Nación no menos de 17 puestos de poder.
Con Ramón gobernador de Catamarca, Vicente hijo, intendente, su hija Alicia en la presidencia de la Comisión de Acuerdos del Senado de la Nación, que aprueba la designación de jueces, nombramientos de Relaciones Exteriores y ascensos militares y los demás senadores, diputados, ministros, fiscales, jueces, embajadores...
El patriarca de los Saadi, don Vicente, era un negociador duro que sobrevivió hasta a las censuras del mismo Perón que, harto y encolerizado, le intervino la provincia cuando gobernaba. Sus pactos eran famosos y los que celebró con Carlos Saúl Menem, al otorgarle apoyo en la interna partidista, fueron arduos y nada secretos.
A raíz de las derivaciones del crimen de María Soledad Morales, se decretó la intervención de la provincia. En las elecciones de diciembre de ese año triunfó el Frente Cívico y Social, liderado por la Unión Cívica Radical, que también se impuso en los sucesivos comicios hasta el presente con Arnoldo Castillo (1991- 1995), Oscar Castillo (1999) y Eduardo Brizuela del Moral (2003).
La caída del régimen
El jueves 28 de abril de 1991, el Presidente Carlos Menem anunció la intervención federal de la provincia. El gobierno buscaba en ese momento ponerse al frente de las denuncias por corrupción y narcotráfico que se estaban extendiendo e involucrando a funcionarios nacionales y provinciales e incluso, a familiares del propio presidente.
La Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados decidiría la suerte del “gordo” Ángel Luque (mano derecha de Vicente Saadi y padre de Guillermo Luque, principal sospechoso del crimen).
El lunes 8 de abril el diario Clarín había publicado declaraciones de este diputado, en donde aseguraba “tener el poder necesario para hacer desaparecer un cadáver sin dejar huellas”. También declaró que el magistrado Luis Ventimiglia (juez de Instrucción en ese momento) fue sobornado para incriminar a su hijo Guillermo.
Por estos dichos el diputado Luque fue expulsado del Congreso de la Nación: el pacto Menem-Saadi tambaleaba tras bambalinas.
Juicio al juicio
María Soledad I
Durante la sustanciación del juicio se produjeron infinidad de complicaciones e irregularidades, (los “aprietes” del poder), muchas las declaraciones y muchas las contradicciones. La enfermera Marta Tello, ex jefa de la clínica Pasteur de propiedad de José y Silvia Jalil (familia del intendente cuyo hijo estaba involucrado), expresó que: “en el hospital se decía que la chica había estado en tomografía (…) que se había visto llegar esa madrugada una camioneta Traffic blanca y que bajaron un bulto”.
El 20 de marzo de 1996, la testigo Evangelina Sosa desmintió lo que antes había afirmado, lo cuál había comprometido a Luque, expresando que había sido presionada por los Morales.
Por las contradicciones que tuvo en su retractación y en varios careos, Sosa estuvo a punto de ser detenida por falso testimonio.
Luis Segura, abogado de los Morales, pidió el alejamiento del caso de los jueces Juan Carlos Sampayo y María Alejandra Azar, dos integrantes del Tribunal, por presunta parcialidad en el proceso, además de un incidente escandaloso cuando interrogaban a Sosa: una seña en forma de negación que realizó el vocal Juan Carlos Sampayo a la vocal Maria Azar, gesto captado por las cámaras de TN, a partir de lo cuál las transmisiones fueron suspendidas por el presidente del Tribunal Ortiz Iramain.
La Corte de Justicia Provincial no aceptó la recusación, sin embargo la televisión había desnudado la complicidad ante millones de personas, la justicia estaba ciega.
Ante esto, el juez Ortiz Iramain renunció. Los otros dos integrantes, la jueza Maria Alejandra Azar y el juez Juan Carlos Sampayo, renunciaron posteriormente.
Se debía designar un nuevo Tribunal, comenzando todo a fojas cero.
Maria Soledad II
El nuevo Tribunal estuvo conformado por los jueces Santiago Olmedo, Jorge Álvarez Morales y Rubén Edgardo Álvarez. La Justicia demoró más de siete años en investigar y castigar, y solo a algunos de los responsables, debido al encubrimiento político y policial que tuvo el crimen.
Así fue como el 27 de febrero de 1998, Guillermo Luque fue condenado a 21 años de prisión por ”violación seguida de muerte agravada por el uso de estupefacientes” y a Luis Tula, a 9 años como partícipe secundario.
El fallo fue dictado por la Cámara Penal II de Catamarca. Necesitaron 87 días de audiencias, por las que pasaron 372 testigos a lo largo de seis meses. La extensa resolución de los camaristas - 442 carillas - no se limitó a condenar a Luque y Tula. Los jueces también hicieron hincapié en las graves irregularidades que, según determinaron, se habían producido desde el comienzo mismo del caso.
Por eso ordenaron que se abriera una serie de nuevas investigaciones: por la coautoría del crimen, por su encubrimiento, por falsos testimonios vertidos durante el juicio, asociación ilícita y por amenazas contra los padres de María Soledad, entre otras.








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